Tras décadas de peticiones, el Ayuntamiento aprueba el uso deportivo de un solar en Doctor Esquerdo. El proyecto promete la primera piscina pública de verano en el distrito de Retiro, pero los plazos administrativos y la falta de presupuesto mantienen la incertidumbre.
El pasado 25 de junio, el Pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó el Plan Especial para la parcela situada en Doctor Esquerdo 138. La medida, que cuenta con el apoyo de PP, Vox y Más Madrid —y la abstención del PSOE— permite dotar de uso deportivo a una superficie de 9.200 metros cuadrados. Este paso abre la puerta, por primera vez, a que el distrito de Retiro cuente con una piscina municipal al aire libre.
Pero los vecinos y vecinas, que llevan años impulsando esta iniciativa, piden prudencia. ‘Esto no es un anuncio, es solo el primer paso’, matiza Félix Sánchez, portavoz de la Asociación Vecinal Retiro Norte. Desde su colectivo, junto a otros como la Asociación Los Pinos o Hacenderas, se ha reclamado en múltiples ocasiones el derecho a instalaciones públicas similares a las de otros barrios.

En palabras de Miguel Inzaurralde, representante de Retiro Sur, ‘no hay visos de que lo vayan a hacer… nos han contado un cuento tantas veces’. Sus declaraciones reflejan la desconfianza acumulada tras años de retrasos y proyectos frustrados. Lo cierto es que la redacción del proyecto arquitectónico aún no ha comenzado, y tampoco existe un calendario oficial de licitación ni de ejecución de obra.
La concejal del PSOE Eugenia Martínez, que se abstuvo en la votación, insiste en que ‘no hay un compromiso concreto de que se construya la piscina’. Coincide con otras voces que señalan que, sin dotación presupuestaria incluida en los próximos presupuestos municipales, todo puede quedarse en papel mojado.
Desde Más Madrid, el concejal Nacho Murgui destaca que ‘esta es una oportunidad para dar respuesta a una demanda histórica del barrio’. Su grupo incluyó en la propuesta elementos como una pista cubierta, una cubierta vegetal y espacios accesibles, con la intención de garantizar un uso inclusivo.
En el mejor de los casos, la piscina podría estar lista en 2028. La experiencia con otros equipamientos muestra que los tiempos administrativos —redacción, licitación, adjudicación y ejecución— rara vez bajan de los tres años. Mientras tanto, los vecinos seguirán sin una alternativa real a las piscinas saturadas del entorno, como la M-86.

La iniciativa surge tras una campaña impulsada por la Asociación Vecinal Retiro Norte, que desde el mes de marzo comenzó a recoger firmas entre los residentes del distrito. En pocas semanas, lograron reunir más de 2.300 firmas, tanto en papel como a través de plataformas digitales, reclamando la creación de una instalación deportiva con piscina que pudiera cubrir las necesidades de ocio, salud y bienestar de los vecinos, especialmente durante los meses de verano.
“Somos uno de los pocos barrios del centro de Madrid sin acceso cercano a una piscina pública. Esta aprobación es una victoria colectiva”, señalaba Ana Beltrán, portavoz de la asociación vecinal.
‘El agua aún no está en la piscina… pero al menos hemos abierto la compuerta’, comenta con ironía un miembro del colectivo vecinal en redes. En Retiro, saben que celebrar demasiado pronto puede ser contraproducente. Pero también saben que este avance, aunque lento, es el más tangible en décadas.
Desde El Imprescindible, seguiremos cada fase de este proyecto. Porque cada metro ganado para el barrio también se nada, aunque aún sea fuera del agua.